sábado, 3 de agosto de 2013

Primera Batalla de Carabobo, 28 de mayo de 1814.



Cnel. Miguel Ángel González Vidal

   Es  un honor escribir estos párrafos, a los 195 años de haberse librado la Primera batalla de Carabobo ejecutada en las Sabanas gloriosas e inmortales de Carabobo, desde el Corazón de Venezuela, donde  Bolívar hace gala de su genio Militar, de su visión de estadista y estratega militar y de su condición de noble guerrero, de forjador de pueblos libres, de ilustre agricultor de repúblicas, de pueblos libres que jamás aceptaron el yugo de la esclavitud ni del colonialismo imperial. Compatriotas la historia es el libro de la sabiduría
en el cual todos tenemos que leer para conocerla y así encarar el futuro y los senderos por los cuales debe transitar toda sociedad y toda visión de patria nueva, por eso acudimos hoy a esta cita con nuestra historia y con nuestra gloria pasada, presente y futura.  El 2 de mayo de 1810 marca el comienzo de la Primera República cuando se instaló el primer Congreso de Venezuela, en donde estuvieron representadas las siete provincias que apoyaron este proceso revolucionario.
Comenzó la Guerra de Independencia y con ella comienzan también nuestras luchas. Se logra una primera victoria, pero luego los realistas, bajo el mando de Monteverde propinan 5 derrotas seguidas a los patriotas. Ni siquiera El Generalísimo Francisco de Miranda con sus 4.000 hombres pudo detener el triunfo de los partidarios de la corona y se pierde así de esta manera la Primera República.
Como dato curioso pudiéramos referir que el 26 de marzo de 1812 a las 4 de la tarde, un terremoto destruye gran parte de Caracas ocasionando grandes daños y la muerte de cerca de 20.000 personas. Todos sabemos el provecho que saco la Iglesia Católica y los partidarios Oligarcas de la Corona Española de esa tragedia que dolorosamente enluto a muchos hogares y familias de la Venezuela de entonces, en contra del proceso independentista.  
Acabada la Primera República, los principales responsables políticos y militares de la Independencia se exilian para proteger sus vidas y planificar nuevas estrategias bélicas.
De esta manera Bolívar escribe el Manifiesto de Cartagena donde analiza las razones del fracaso de la república y el futuro de los países que participan en este proceso.
La derrota de la primera República venezolana en 1812, dejó en el Libertador la más profunda huella, pero sobre todo, la más honda lección acerca de la importancia cardinal que tiene la “unidad” para el triunfo de la revolución. Acertadamente dijo: "Nuestra división y no las armas españolas nos tornaron a la esclavitud".
La Segunda República se inicia entonces, con la liberación de la ciudad de Cumaná y finalización de la Campaña de Oriente y la entrada triunfante en Caracas de Simón Bolívar luego de haber culminado la Campaña Admirable,  nombre este, que recibe comúnmente el período histórico de Venezuela que va desde el año 1813 hasta el año 1814,  período  este que se puede considerar el más dinámico en cuanto a batallas, entre ellas la Primera Batalla de Carabobo.
En 1814 se producen enfrentamientos entre grupos realistas y el ejército patriota. Los grupos realistas eran comandados por José Tomás Boves, el terrible, el sanguinario, el despiadado, quien levantó para su causa, con mentiras y engaños a los llaneros, aduciendo que Bolívar y los demás patriotas iban a crear una república para los blancos y que el Rey de España había prometido la libertad de los esclavos.
La campaña de Boves arrinconó a los patriotas en oriente, a finales del año 1814 José Félix Ribas fue capturado y ejecutado, Girardot  y Ricaurte habían muerto defendiendo sus plazas, pero era evidente que la Segunda República estaba condenada al fracaso. Entre Boves, Ceballos y Morales  acaban con todos los ejércitos patriotas, reconquistando toda Venezuela y poniendo fin a la 2da. República.












En el célebre Congreso de Angostura, el Padre de la Patria, expreso con voz profética “los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”. Parece mentira, pero muchos compatriotas venezolanos desconocen los valores, los alcances y la gran importancia que tiene para nuestra historia la Primera Batalla de Carabobo, ocurrida el 28 de Mayo de 1814 dentro del marco histórico de la Segunda República.

  Este primer combate, es importante para la historia ya que se pone en evidencia la extraordinaria Estrategia Militar de El Libertador ejecutada en esta Batalla además de que   tuvo la circunstancia de lograr la participación de la mayoría de nuestros próceres como fueron: Simón Bolívar, Rafael Urdaneta, Manuel Cedeño, Santiago Marino, José Félix Ribas, José Francisco Bermúdez, Juan Jacinto Lara, Ambrosio Plaza, Leandro Palacios, Florencio Palacios, Pedro María Freites, José Gregorio Monagas, José Tadeo Monagas, Mariano Montilla, José María Carreño, Fernando Figueredo, Francisco Carvajal, Pedro Briceño Méndez, Manuel Valdés, Juan Salías, Pedro Salías, José Félix Blanco.

Faltaron a esta cita, con la historia el centauro Páez, quien como Capitán realizaba operaciones exitosas en Mérida y Manuel Carlos Piar quien se encontraba al oriente de Venezuela.



Don Rafael María Baralt, expreso  sobre esta inolvidable acción: «Hasta entonces, en ningún campo de batalla venezolano se había reunido ni tanto número de soldados ni tan expertos jefes... ».


Esta primera batalla de Carabobo no fue decisiva para el proceso de Independencia, pero sirvió para mantener en alto la moral patriótica, por cuanto el año de 1814, fue adverso para la causa independentista, que se consagraría en las mismas sabanas de Carabobo, siete años más tarde. Carabobo es por tanto la tierra luminosa que inspira todas las gestas libertarias y que sella para siempre el parto de nuestra vida Republicana. Carabobo es libro abierto, que nos convoca al estudio y al trabajo en beneficio del país.

Al empezar la acción, Bolívar arenga a sus tropas diciéndoles:
            “Soldados, vosotros tenéis delante los mismos jefes y los mismos españoles de quien habéis triunfado en más de cien combates: éste debe ser el último”.           
Luego del inicio del contacto de la primera línea, el enemigo reaccionó, descendiendo de su ala izquierda una columna de trescientos  jinetes, en dirección de la retaguardia de la primera línea, arrollando a su paso el escuadrón de carabineros. Atento a este movimiento enemigo, el Libertador hizo marchar oblicuamente la división del coronel Leandro Palacios, la cual, en combinación con la caballería de la segunda línea, hizo grandes destrozos en aquella columna enemiga.
Mientras la reserva del ala derecha ejecutaba este ataque, la infantería del Libertador había avanzado lo suficiente como para tomar bajo sus fuegos la infantería contraria, la cual se desordenó y abandonó la línea que ocupaba al romperse el centro. Los jinetes realistas aterrorizados por las cargas de Francisco Carvajal, Cedeño y Monagas rompieron en su huída a su infantería que trataba de protegerlos. Aún quedaba en pie la caballería de la derecha de la reserva enemiga y contra ella avanzó la división del Coronel Jalón, unidad que no llegó a ejecutar el ataque porque las fuerzas enemigas se pusieron en retirada hacia el camino real de San Carlos, con cuya acción se completó la victoria patriota.
De la persecución de Cajigal se encargó el General Urdaneta, en tanto que Bolívar, con el resto de las tropas, retornaba a Valencia, para estar atento a la situación de los Llanos Centrales, que se encontraban aún amenazados, pues en aquella  zona estaba Boves preparando una nueva ofensiva.
El parte del combate dice que las bajas realistas fueron: 300 muertos, 1100 prisioneros, 500 fusiles, 6 piezas de artillería, 8 banderas, 400 caballos. Las bajas patriotas fueron por todos 15 muertos y 40 heridos.
Esta victoria militar sin precedentes en los anales de nuestra historia, convoco lo más preciado de nuestro Ejercito Republicano, de sus líderes, que al mando del General Simón Bolívar, el genio de la guerra, impuso una humillante derrota a las Fuerzas Realista que encarnaban las políticas de un Imperio decadente sobre cuyos escombros se levanto para siempre la República Bolivariana de Venezuela, con la cual todos tenemos sentido de identidad, de pertenencia y de soberanía por lo cual creo oportuno citar aquí una frase del filosofo francés Fenelon, cuando dijo:
“Amo a mi familia más que a mí mismo, pero amo a mi patria más que a mi familia”
Razones por las cuales el Padre Libertador había proclamado que “Cuando el clarín de la Patria llama hasta el llanto de la madre calla”…
Compatriotas una Patria no es solamente una extensión de terreno sobre la cual se ejerce soberanía. Como decía Ali Primera: “La Patria es el hombre”, y es por la gente que todos estamos trabajando en función del bienestar colectivo, del bienestar social y de la integración cívico militar y de la Revolución Bolivariana.
El Ejercito de Venezuela inspirado en la grandeza de las gestas libertadoras, inspirado en la grandeza y en la gloria del Padre de la Patria, no tiene otro objetivo que el de ser instrumento fiel de su filosofía, de su gloria y de sus objetivos superiores. Esas son las razones que esgrimimos hoy para estar presente en todos los rincones de la Patria garantizando nuestra integridad territorial, nuestra soberanía y ante todo nuestro derecho a ser irrevocablemente libres de toda dominación extranjera como lo consagra la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
La Fuerza Armada Nacional de Venezuela está iluminando caminos, caminos de progreso, de bienestar, de sana convivencia, de paz y de preservación de nuestro patrimonio histórico y cultural. Estamos iluminando caminos en el entendido de que el que alumbra el camino de los demás también alumbra su propio camino. Por eso podemos decir con la moral republicana más alta que hoy nos hemos llenado de la fuerza telúrica del macizo guayanés, de las glorias de Carabobo y de la filosofía bolivariana como fuente inagotable de inspiración existencial.

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