viernes, 12 de agosto de 2011

Historia y Tradición




Batalla "Sabana de la Guardia"
Eumenes Fuguet Borregales (*)

Después de la Batalla de Carabobo sucedieron en Venezuela 64 acciones militares hasta el 15 de noviembre de 1823, con la retirada definitiva de las fuerzas realistas hacia Cuba y Puerto Rico luego de la capitulación el día 10 en Puerto Cabello del general Sebastián de la Calzada. El Libertador se encontraba en el sur del continente culminando su afán emancipador en el Perú; "El Centauro" Páez estaba encargado del mando militar y civil del departamento de Venezuela, integrado por las provincias Caracas, Carabobo, Barquisimeto, Barinas y Apure. El general José Francisco Bermúdez, comandante general del departamento del Orinoco; el general Lino de Clemente, comandante general del departamento del Zulia, y el general Carlos Soublette, intendente general de Venezuela.

El escenario de las operaciones militares estaba circunscrito al espacio que actualmente ocupan los estados Falcón, Mérida, Trujillo, Zulia y Carabobo. El general realista Francisco Tomás Morales, ascendido a mariscal de campo, se encargó el 4 de julio de 1822 en Puerto Cabello de las fuerzas españolas en Venezuela, relevando al general Miguel de La Torre, enviado como Capitán General de Puerto Rico. Puerto Cabello y Cumaná permanecían en poder de las fuerzas realistas. Páez tenía desde abril de 1822 la misión de ocupar el Fuerte San Felipe, de Puerto Cabello; a raíz de una peste que se presentó a finales de mayo se aleja del Fuerte El Vigía, conocido también como Fortín Solano, movilizándose hacia El Palito.

Morales sale a comienzos de agosto de 1822 de Puerto Cabello tratando de recuperar el territorio perdido, comenzando por Valencia; a tal fin, despliega elementos de guerrilla hacia Vigirima, como fuerzas de distracción; cuando Páez, a través de sus elementos informantes, supo del movimiento de Morales con dos mil efectivos, se moviliza rápidamente, solicitando refuerzos. Morales se ubica el día 10 en las elevaciones cercanas a Naguanagua; Páez, con menos de cien soldados, recibe de Valencia 800 efectivos, ubicando su tropa a primeras horas de la mañana del día 11 en las llanuras de Sabana de la Guardia. El jefe realista, ante la presencia de Páez, despliega sus fuerzas en tres columnas de ataque: el batallón de Leales Corianos, los cazadores del coronel Manuel Lorenzo y el grupo de caballería a las órdenes del propio Morales.

"El Centauro", en su esquema de maniobra, organiza sus fuerzas en igual número de columnas de combate, correspondiéndole enfrentar a Morales. Durante cuatro horas de feroz combate, la balanza favoreció a las fuerzas republicanas, las cuales infligieron a los realistas 500 bajas entre muertos, heridos y prisioneros. El prócer Juan José Rondón, héroe de Pantano de Vargas, sufrió una herida en el pie derecho que le produjo la muerte a los pocos días en Valencia, a causa de tétanos. Morales, cual león herido, permaneció alerta unos días en las elevaciones de Naguanagua, esperando alguna oportunidad de contraataque, pero decidió desplazarse a Puerto Cabello y embarcarse el 24 de agosto hacia Maracaibo, donde capitula el 3 de agosto de 1823 después de la Batalla Naval del Lago, realizada el 24 de julio de ese memorable año. El general Sebastián de la Calzada quedó encargado del Fuerte San Felipe, de Puerto Cabello, siendo derrotado por Páez el 8 de noviembre de 1823, última acción de ambos ejércitos en Venezuela, concluyendo así la Guerra de Independencia de Colombia la Grande.

Una columna colocada en el sitio de la batalla el 11 de agosto de 1986 por el Ministerio de la Defensa y la Sociedad Amigos de Naguanagua recuerda la memorable batalla, que se conmemora en el sector Los Mangos II. Un oficial de los Cazadores Británicos, subalterno de Páez, publicó un libro en Londres en 1828 y, al referirse al "Centauro", apuntó: "Cuando yo servía con el general Páez, él no sabía leer ni escribir, ni conocía el manejo del tenedor; cuando comenzó a rozarse con los ingleses, imitó los modales y costumbres. De mediana estatura, astuto, malicioso y muy diestro con la lanza y la cabalgadura, nadie le igualaba. Su mayor pasatiempo era colear toros, gustaba de la música, tocaba violín; los soldados lo querían como a un padre, le decían Taita, compadre o tío; a todos los atendía y complacía".

(*) General de Brigada (Ej)

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